Sencillamente me apetecía dedicarle un lugar al primero. Los otros, los que trabajaba en aquel entonces para darles el mayor parecido a un árbol enano, no lo eran, no se parecían tanto como este a los que salían en aquellas primeras publicaciones de entonces, y ya ven, se trata de poco mas que un esqueje de junipero en maceta de bonsai, maceta que aún conservo por cierto.
El árbol no, no resistió, no le sentó la aplicación práctica del riego por inmersión que leía en las revistas, sobre todo porque lo sumergía en un agua que casi no era apta para el consumo humano, tampoco pensaba que necesitara tanta luz para vivir y por supuesto, menos aún, que hubiera que transplantarlo inmediatamente y aliviarlo de aquella tierra medio fangosa con la que venía.
Bueno eso es todo lo que conservo, una foto, una maceta y la tremenda afición de la que también , en parte, fue culpable.
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