viernes, 25 de marzo de 2011

EL MEJOR DISOLVENTE, EL AGUA


En el cultivo del bonsái debemos intentar conseguir un equilibrio perfecto entre todos y cada uno de los factores que influyen en el mismo, si seguimos paso a paso un transplante, un pinzado, un defoliado e incluso la misma poda, nos damos cuenta de que participamos prácticamente en la totalidad del proceso de crecimiento de nuestros árboles, si esto no fuera así probablemente estaríamos hablando de otra cosa.


Intentamos dejarles las raíces mínimas y necesarias para su alimentación, le proporcionamos anclajes para que el viento no los mueva, un sustrato que nos permita un buen drenaje y la absorción necesaria de nutrientes, un abono que facilite su optimo crecimiento y lo que nos falta es el complemento de todo esto un “disolvente” que nos facilite, sin alterar demasiado las condiciones del sustrato ni el abono aportado, disolver este para que ejecute su función.


Por lo tanto estaremos de acuerdo que este “disolvente” debe ser lo más puro posible, para que cumpla al cien por cien su función. Aunque parezca mentira el llegar a controlar el riego es una de las tareas más complicadas en cualquier aficionado al bonsái, en nuestros inicios muchos mueren por falta de riego e incluso algunos perecen ahogados con sus raíces saturadas por el agua.


Debemos tener en cuenta que estamos cultivando en contenedores muy pequeños y por consiguiente con pequeñas cantidades de sustrato, por lo que debemos mantener una vigilancia contínua a los mismos ya que estos pueden requerir en ocasiones el tener que regar varias veces al día, o que debido a la humedad existente estemos varios días sin hacerlo. Como anécdota contar que el riego en Japón es una habilidad aprendida, un aprendiz recibe tijeras para podar desde el primer día, pero no se le permite regar hasta transcurridos unos cuantos años.


Afianzando, diremos que “la cantidad y la frecuencia del riego del bonsái, dependerá de la especie de la planta que estemos cultivando y de las condiciones climáticas en ese momento. No debemos olvidar que la cantidad de sustrato que contiene la bandeja es pequeña y que, por lo tanto en algunas épocas del año debemos hacerlo a menudo.” La mejor hora para regar es temprano, de manera que te permita antes de que caiga la tarde ( siempre en horas de luz) dar un segundo riego a aquellas que más lo necesiten.


En otras ocasiones recomiendan a efectos de mantener la planta con el máximo poder de absorción, sumergirlas una vez por semana. Yo particularmente, esto no lo hago, mi trabajo solo me permite regar al medio día y en aquellos de fuerte calor, les doy un segundo riego por la tarde noche para que aguanten frescos hasta el medio día siguiente, (por supuesto siempre observando cuando el sustrato lo requiere).


Si tenemos un riego automático hay que tener bien estudiada la frecuencia de necesidades de agua de nuestros árboles, porque sino seguro que reciben más agua siempre los que menos la necesitan. Riego con regadera, lo más fina posible evitando no mojar las hojas, más que nada por la hora del día en la que lo realizo (esto podría quemarlas, al hacer el agua efecto lupa sobre ellas), intento dar dos pasadas, la primera digamos que es para refrescar e hidratar el sustrato y la segunda para que empaque y llegue a mojarlo en su totalidad ( existe una vieja costumbre japonesa que dice que hay que hacer tres pasadas: una por la maceta, otra por el suelo y una última por la planta. Digamos que yo me ahorro la de la maceta), normalmente el aviso es cuando el agua comienza a salir por los agujeros de drenaje. En ocasiones y coincidiendo con el segundo riego (el de por la tarde) cuando la planta lo requiera aprovecho y le doy una mojadita por encima, a efectos de producir una mayor hidratación, esto lo agradecen bastante.


En otro orden de cosas y con el fin de conocer un poquito el proceso mediante al cual la planta absorbe el agua decir, que esta entra a través de los pelos absorbentes principalmente mediante el fenómeno conocido por “osmosis”. La osmosis es el proceso por el cual el agua circula a través de unas membranas semipermeables desde una solución menos concentrada a otra más concentrada. Por un lado tenemos la solución del suelo que consta de agua + minerales, y por el otro la savia bruta del interior de la planta, en medio, la membrana semipermeable que es la raíz. La óptima circulación de líquidos desde un lado al otro, dependerá de la concentración de sales y otros elementos tanto en el suelo como en el interior de la raíz. Cuanto mayor sea la pureza del agua, mayor será su potencial osmótico, debido a la diferencia de concentración entre esta agua y el líquido interno de la raíz. Por lo tanto a mayor pureza del agua, mejor absorción de ésta por las raíces.


Para entender este proceso veamos un experimento que se suele exponer en bachillerato y que es bastante ilustrativo: Este consiste en llenar una bolsa de celofán con una solución de agua y azucar común; la boca de la bolsa debe quedar herméticamente cerrada. En estas condiciones, se le sumerge en un recipiente que contenga agua. El celofán cumple el papel de una membrana y la característica que presenta es la de no permitir el paso de las moléculas de azúcar en la solución, lo cual significa que es impermeable al azúcar. Por el contrario, deja pasar con facilidad las moléculas de agua, o sea, es permeable a ella. Las membranas que presentan este comportamiento reciben el nombre de semipermeables.


De acuerdo a lo anterior, en el experimento se puede observar que, al comienzo el recipiente formado por la membrana de celofán se encuentra distendido, pero poco a poco va aumentando de tamaño hasta quedar inflado. Esto es consecuencia de la difusión del agua a través de la membrana, desde el recipiente hacia el interior de la bolsa. Este es el fenómeno que se conoce como ósmosis. En el proceso del riego interviene directamente el abonado, ya que si con este aumentamos la concentración de sales en la solución del suelo, estamos reduciendo la eficacia del mismo, por ello en las épocas calurosas del año, donde la planta necesita un aporte mayor de agua se recomienda no abonar. En base a esto también podemos decir que la calidad del agua de riego esta directamente relacionada con la eficacia del abonado, siendo necesario bajar la frecuencia del mismo en el supuesto de no disponer de agua de buena calidad, a los efectos de evitar una excesiva concentración de sales en el suelo.


Que agua utilizar: partiendo de lo expuesto diremos que a falta de agua de lluvia (que sería la idónea, si nos encontramos en un lugar poco contaminado atmosféricamente) el mejor “disolvente” que le podemos ofrecer a una planta es un agua con poca conductividad, lo que se consigue normalmente sometiéndola a un proceso previo de osmosis inversa. Para entenderlo y volviendo al experimento anterior, si ahora actuásemos aumentando la presión dentro de la bolsa, se vería que pasan sólo las moléculas de agua y no las de azúcar, produciendo la filtración del componente solvente, es decir, ósmosis inversa. Un equipo de Osmosis inversa suele venir equipado con dos o tres prefiltros antes de la membrana de osmosis, El cual provee al aficionado al bonsái de un agua de bastante calidad acorde a las exigencias del cultivo. En mi caso derivo el agua filtrada a un tanque de 200 litros de manera que garantizo la cantidad suficiente para un par de riegos diarios si fuere necesario. (foto siguientes)


Este es mi equipo de ósmosis. Si somos un poquito curiosos lo podemos proteger y camuflar en un pequeño armarito El agua filtrada la derivo a un bidón de 200 litros, con lo cual dispongo de bastante agua de buena calidad, para varios riegos si fuere necesario. Una vez más, utilizando nuestra maña podemos aprovechar la tapa del mismo como mesa para bonsai, a mi no me quedó más remedio debido al poco espacio del que dispongo.

4 comentarios:

  1. Hola Pepe: he conocido por Jose Acuña la existencia de este tu nuevo blog. Bien venido al club. Me hago seguidor y te pongo en la lista del mio. Felicidades.

    Un saludo.

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  2. Bienvenido a esta droga que es el blog. Interesantes las dos entradas que he leido y gracias a Jose por informarnos.
    http://www.bonsaicentersopelana.com/

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  3. Hola pepe el mejor disolvente es el vino de Tacoronte.Bien venido al club.

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  4. Jajaja va ha ser que estoy de acuerdo con Juan Tomás. Aunque por aqui no nos llega el de Tacoronte, hay otros vinos que disuelven las malas ideas :-)
    Felicidades por tu blog.

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